Recuerdo el día en el que la matrona me preguntó si iba a dar el pecho o no. Mi respuesta fue que esa era mi intención pero que no sabía si iba a tener leche ni si ésta iba a ser buena. Me miró directamente y me dijo que absolutamente todas las madres (exceptuando casos muy determinados) pueden dar el pecho y que no existen leches malas. Me preguntó que de donde había sacado esas ideas y, realmente no supe decirle, pensé en que era algo que se decía, que se sabía… ¿Cuántas de nuestras madres dejaron el pecho porque les dijeron que su leche no era suficiente o era mala? Muchas. Y así se ha ido transmitiendo a las posteriores generaciones.
Durante esa charla sentí como me iba haciendo más y más pequeñita en mi sillón. ¿Cómo podía ser que no supiera eso? Por supuesto, mi amiga la culpa, ya empezó a revolotear por ahí diciéndome: ¡Vaya madre vas a ser… que ni siquiera sabes lo más básico de la lactancia!
En ese momento empecé a informarme y a romper mitos. Comencé una lactancia que ha durado 3 años y medio y, aunque ha sido difícil y dura en algunos momentos, también ha sido muy gratificante. ¿Sabéis que pensaba que no iba a llegar ni a los 4 meses de baja maternal? Cuando miro atrás me río de aquellos pensamientos. Poquito a poco me fui involucrando más y más, adquiriendo más información y formación. Tanto es así que a día de hoy puedo decir orgullosa que soy Asesora de Lactancia y que ayudo a otras madres en esos momento más complicados que pueden surdir durante este periodo.
Hoy voy a compartir con vosotras algunas de las claves más importantes para que esa lactancia que deseamos establecer, resulte exitosa. ¡Vamos allá!
- TÚ eres la única persona que decide si quiere dar el pecho o no. Las personas que están a tu alrededor, tu tribu, deben estar para apoyarte en todas y cada una de las decisiones que asumas.
- INICIA LA LACTANCIA DURANTE LA PRIMERA MEDIA HORA. Cuanto antes se comience mejor, más fácil y fluido será todo. Y si puede ser mediante el agarre espontaneo, mejor.
- El pecho se da A DEMANDA. Me imagino que habréis escuchado eso de que tienes que ponértelo al pecho cada 3 horas… Olvidaos de eso. Al bebé se le da el pecho siempre que lo necesite… hayan pasado 3 horas ó 10 minutos desde la última toma. Recordad que los bebés no solo toman pecho por hambre, sino que también están cubriendo otra necesidad tan importante como es la afectiva.
- Olvídate del reloj. LA TETA SE DA HASTA QUE QUEDE VACÍA. Todavía existe algún ‘iluminado’ que te dirá que te lo pongas en cada pecho durante 10 minutos. Esa es una recomendación genial para conseguir una mastitis, pero como eso es lo que vamos a intentar evitar por todos lo medios, nos olvidamos de ese estupi-consejo, y nos centramos en que el bebé coma hasta que el pecho quede blandito. Eso querrá decir que lo ha vaciado por completo y ha tomado la leche del final. Solo entonces es cuando debemos cambiar de pecho. El bebé puede tardar una hora o 20 minutos en vaciarlo. ¡Cada bebé tiene su ritmo y hay que respetarlo!.
- NO INTRODUZCAS CHUPETES NI BIBERONES. Estos elementos confunden al bebé, ya que no se succiona de la misma manera y podríamos conseguir que el peque rechace el pecho ya que le supone menos esfuerzo sacar la leche del biberón. De hecho, te recomiendo que cuando vayas a dar a luz le comuniques al personal sanitario que NO quieres que le introduzcan ningún biberón ni chupete.
- DAR EL PECHO NO DUELE. No, no duele. Si sentimos dolor es porque algo no está funcionando corectamente. Podría deberse a un mal agarre, una mala postura, anquiloglosia, etc. En el momento que se sienta dolor, hay que parar y observar qué ocurre. Pero tened clara la idea de que NO hay que hacer callo, NO es normal sentir dolor al principio, y NO aguantéis ninguna molestia porque de lo contrario terminaremos con una posible grieta o mastitis. Si sentís molestias, contactad con vuestra asesora de lactancia.
- DEBEMOS SABER CÓMO DEBE SER EL AGARRE ÓPTIMO DEL BEBÉ. Éste debe evertir el labio superior e inferior de tal forma que su boquita quede en forma de pez, agarrando el pezón y la areola en gran medida (si coge solo el pezón no hay buen agarre). Algunos signos de que hay un mal agarre serían los chasquidos al succionar, que se le hundan las mejillas, un callo en el labio debido al esfuerzo que hace para succionar (suele ser causado por un frenillo), etc.
- CONOCER LAS DIFERENTES POSTURAS. Existen varias posturas que nos pueden servir de ayuda en algunos momentos de nuestra lactancia. Si has tenido una cesárea, dar el pecho tumbada va a ser más cómodo, si notas alguna obstrucción sitúa la barbilla del bebé hacía donde te duele para que la elimine mediante la succión… La postura clásica con el bebé en brazos es la más usada. Debes tener en cuanta que el bebé ha de tener el cuerpo totalmente en paralelo al tuyo, ombligo con ombligo, la cabeza en linea con el cuerpo y apoyada en tu antebrazo. ¡No te olvides de ti! Cuida tu espalda manteniéndola recta y acomodándote con almohadas o cojines. No acerques el pecho al bebé, sino el bebé al pecho…tu espalda te lo agradecerá.
- BUSCA GRUPOS DE APOYO A LA LACTANCIA MATERNA. A poder ser durante el embarazo. En ellos recibirás un valiosísimo aprendizaje de lo que va a suponer la lactancia materna. Ve, pregunta e infórmate de todo lo que necesites. Recuerda que el saber es poder. Y cuando tengas al peque, sigue apoyándote en esa maravillosa tribu que sin duda formareis.
- DELEGA LAS TAREAS DOMÉSTICAS. Seguramente, cuando vengan a casa los familiares y amigos, te dirán aquello de: ‘Yo te cojo el niño para que puedas hacer las cositas tranquila.’ Mira, pues no. Si realmente quieren ayudar, que se encarguen ellos de esas cositas para que tú puedas estar tranquilamente con tu hijo, eso sí es una gran ayuda. ¡Yo le hacía la ola a mi madre cuando entraba en casa con un montón de tuppers!.
Espero que estos consejos os sean de ayuda en este viaje que vais a comenzar. Confiad en vosotras, confiad en vuestro cuerpo y rodeaos de personas que sumen y os acompañen. ¡Besos!
Si os ha resultado útil no dudéis en compartilo.